11 nov 2013

Llegó el otoño

Queridos amigos y amigas,

Definitivamente, el otoño ha llegado a Bruselas. Ya pasaron los últimos días de "buen tiempo" para dejar paso al frío, a la lluvia y al viento. De todas formas, este año no podemos quejarnos, ya que aunque la primavera fue un asco, el verano ha sido bastante generoso.

A pesar de lo avanzado de las fechas, todavía ando medio liado con el huerto. En estos días de atrás sembré "ajos rosas" ("ail rose" en francés, imagino que es lo mismo en español) que, en principio, estarán listos en la primavera. Hace unos diez días planté una primera tanda, y viendo que casi todos habían "agarrado" y estaban ya empezando a desarrollarse, compré otra cabeza y la planté ayer. Ahí tenéis unas fotos

El único problema con ellos es que las gatas, que son bastante estúpidas, no encuentran otro lugar mejor para cagar y mear que las parcelitas plantadas, les da igual de lo que sea, no pueden irse a otra parte del jardín, tienen que hacerlos justo donde haya algo plantado. Ya me han destrozado media parcela, aparte de dejarme un hermoso "sorongo" de recuerdo. Que ganas tengo de que se las coma un zorro!!!

Además de los ajos, el otro día por fin pude comprar un par de plantitas de ruibarbo y ayer las planté también, una a cada lado del jardín para ver donde se da mejor. Según la wikipedia, "el ruibarbo (Rheum rhabarbarum) es una planta cultivada que proviene del noreste de Europa (Ucrania). Su altura es de hasta tres metros y consta de hojas con peciolos gruesos de (normalmente) entre 2 y 5 centímetros de grosor. El color del peciolo varía entre el verde y el rojo y es la única parte comestible, ya que sus hojas son tóxicas. Su tallo subterráneo es un rizoma que le sirve para almacenar nutrientes durante el invierno. 
Contiene mucho ácido oxálico, mayormente en la hoja pero también en el peciolo, por lo que el esmalte dental es atacado al consumirlo. Por eso los dientes se notan ásperos después de su consumo, aunque después de un tiempo se normaliza. No se han señalado daños irreparables en la dentadura, pero se recomienda consumir el ruibarbo con alimentos que contengan calcio, como la leche o el yogur.El ruibarbo puede consumirse crudo, directamente o aderezándolo como ensalada y también cocido, en forma de compota, mermelada o como relleno del pastel de ruibarbo o de empanadas.
Por su alto contenido de antraquinonas sus extractos son utilizado para el tratamiento de las aftas y otras afecciones de las mucosas bucales y sus infusiones se usan como laxantes. También es utilizado en purgantes, en particular para desparasitar.La planta vive varios años y desaparece en el invierno antes de aparecer nuevamente en primavera. Su cosecha no debe pasar el principio del verano porque al crecer produce cada vez más ácido oxálico, que lo hace incomible."

Como creo que ya os comenté en otra entrada, yo el ruibarbo lo utilizo para hacer mermelada; este año hice una de ruibarbo con cassonade y salió riquísima, así que me dio curiosidad saber un poco más sobre esta planta. Y averigüé que es una planta que se siembra en otoño y que dura muchos años, no hay que ir arrancándola y resembrándola cada año. La planta es bastante grande y frondosa, como podéis comprobar en esta foto


Por ahora, las mías están así de chiquitas
 Aparte de esto, os quería comentar también que he hecho una mermelada de higos verdes que me ha salido muy rica. Cuando digo higos verdes me refiero a que no están maduros. Como este año ha hecho una primavera tan mala, a los pobres higos de la higuera no les ha dado tiempo, ni de lejos, a madurar. Y como me daba mucha pena verlos una año más pudrirse en el árbol, miré en internet si había manera de aprovecharlos y vi que existe la mermelada de higos verdes. La receta que yo seguí era muy fácil:

- 1/2 kg de higos verdes (ya pelados y sin "rabito")
- Medio litro de agua
- 400 gr de azúcar

Los higos los peláis y les hacéis una raja en forma de cruz por la parte de abajo (la más ancha). Cuando estén listos, hacéis un sirope con el agua y el azúcar. Esto es facilísimo: ponéis el agua en una cacerola, le añadís el azucar, lo removéis un par de veces y esperáis a que el azúcar se disuelva en el agua (normalmente en 6 o 7 minutos está hecho). Una vez que el sirope está listo, le añadís los higos y lo dejáis cocinarse a fuego medio, dandole unas vueltas de vez en cuando y aprovechando para ir desmenuzando los trozos de higos. yo el otro día tarde aproximadamente una hora, y le añadí un poquito más de agua en mitad de la cocción porque vi que se estaban quedando demasiado secos, pero todo depende del fuego que pongáis. La mermelada salió bastante espesa pero el sabor es exquisito, muy dulce y con un gusto a higo que es sorprendente teniendo en cuenta que los higos estaban realmente muy muy verdes. Ahí os dejó unas fotillos de los higos verdes, los mismos una vez pelados y el resultado final. Como veis, el aspecto no es muy apetecible, pero os aseguro que el sabor es exquisito.




Abrazotes




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